miércoles, 14 de diciembre de 2011

Cabaret Mistico: Pareja - amor - sexo. Tres animales distintos ocultos bajo la misma sombra.

CABARET MISTICOAlejandro Jodorowsky
Extracto Capitulo 15.

Un hombre entra a un bar y pide dos whiskys, uno para él y uno para su amigo que no está, y se los bebe. Regresa cada día para repetir la misma cosa. Al cabo de un tiempo, llega un poco triste y sólo pide un whisky. El barman le pregunta: “¿Hoy no quiere un whisky para su amigo?” El hombre le responde “No, mi amigo ha dejado de beber”.

Este chiste es interesante: habla de una pareja. En ella existe la persona real que comparte nuestra vida, y la misma persona pero imaginaria que habita en nuestro espíritu. Como es imposible conocer a un ser humano totalmente -porque él mismo es incapaz de conocerse totalmente- le implantamos nuestra  visión interior, que es limitada porque corresponde a nuestra manera de ver a los seres y a las cosas… Si queremos que nuestra pareja mejore, lo primero que tenemos que hacer, es revisar la imagen que tenemos de ella y darnos cuenta hasta qué punto los defectos que le adjudicamos son los nuestros. Si nos damos clara cuenta de esto, le diremos a la persona real:

“Te prometo que te dejaré ser lo que en verdad eres, y no lo que yo quiero que tú seas. De ninguna manera trataré de que seas como yo, de que veas el mundo a través de mis ojos. Nunca te culpabilizaré por no responder a mis exigencias narcisistas. Cuando tú eres lo que eres, sin permitirme que yo te impida de serlo, enriqueces mi vida…

“Te prometo que te respetaré siempre, dejando que me ames de la manera en que tú amas. Me doy cuenta que todas las personas que buscan a su “alma gemela” tienen un nudo homosexual no resuelto. Buscan a alguien completamente igual, un espejo. Cuando amamos de verdad buscamos la diferencia complementaria…

“En el terreno sexual, te permitiré que desees lo que naturalmente deseas. No haré un drama porque rechazas una solicitud mía. En la sexualidad   hay cuatro vías: la oral, la vaginal, la anal, la manual. Tú tienes el derecho de pedir lo que te satisface, sea el fantasma erótico que sea, y también tienes el derecho de decirme no. Si esto sucede, ambos tenemos el derecho de buscar satisfacción con otras personas, sin que esto signifique la ruptura de nuestra pareja…

“En el terreno material, te prometo que nunca invadiré tu espacio personal, tu rincón de soledad secreta. Respetaré tu territorio, así como tú respetarás el mío. Hacer todo juntos, como dos animales en fusión, es una enfermedad. Tendremos un territorio común, pero siempre conservando un espacio personal donde podremos aislarlos cuando tengamos necesidad de reencontrarnos con nosotros mismos… Si trabajas, estaré feliz de tu prosperidad, sin ponerme en competencia con ella.  Aceptaré tu creatividad, la admiraré, pero sin intervenir en ella queriendo ser tu sola inspiración..."

y aqui es donde yo, Nora Granja digo: AMEN!



jueves, 8 de diciembre de 2011

Mentiras

¿Cuàntas mentiras se pueden contar sin que pierdas la realidad?...
Conozco a tantos que son de tu misma clase.... Si vas a mentirme, hàzlo con agallas y mìrame de frente. No corras, huir es de los cobardes. Camina despacio mientras te alejas y entonces detènte. Voltea lentamente hacìa mi y sonrìe. Solo asi sabrè que tu cinismo es màs grande que todas las màscaras en las que te escondes….

miércoles, 23 de noviembre de 2011

Cuentos eròticos del Inframundo


Capitulo I.  “Los ciegos”

-Si tuviera ojos, me gustaría verte.-

-No tienes.  Quizà tuviste, no lo sè… ni me importa.  Pero no tienes.  Eres ciega y oscura como todo lo que nos rodea.-

-Nunca tuve ojos… no lo recuerdo.  Ha pasado mucho tiempo desde la última vez que quise ver algo.  Ya no sè que se siente al ver algo que deseas.-

-¡Tòcame!.-

-No voy a tocarte.-

-¡Tòcame!.  Los ciegos palpan las cosas para poder entender.  Siènteme y recòrreme con tus manos para que puedas hacerte una imagen de lo que pienses que soy.-

- No soy ciega.  No tengo ojos, eso es todo. ¿Tù tienes ojos?-

- No me sirven.  Està demasiado oscuro y no puedes ver nada. Si tuviera manos te tocarìa para poder imaginarte….-



Capitulo II "La Bestia Dulce y el Alma en pena"

-¿Por què comes sangre, Quimera?-

-Porque es dulce y tibia y perfumada, Mujer Soldado.  Me habla de recuerdos y de nostalgias… de cosas que la gente cree que ya no recuerda y las esconde en el fondo de sus entrañas…-

-¡Pero no debes comer sangre! Es inmoral e inhumano… Me perturba.  Hablemos de otra cosa por favor…-

-¿De què quieres hablar entonces Soldado?-

-Te puedo hablar del placer inmenso que me da la guerra, Quimera… ò de los sueños húmedos que aùn tengo guardados…-

-¿Amaste algo que haya destruido la guerra, Soldado?-

-Si… Me destruyò a mi y a mis sueños transparentes.  Me convirtió en un monstruo vacìo y sin sentimientos. Por eso en venganza, la amo para que nunca pueda volver a descansar en paz nuevamente.-

-¿Le importarà mucho eso a la Guerra, Soldado? Ella es eterna como te volviste tù al enredarte en ella.-

-Que sea mi venganza entonces mientras mi sexo es tragado por la tierra…-

-Que asi sea entonces….-



Capitulo III "Romeo y Julieta"

- Te amo. Hubiera muerto por ti de haber sido necesario…-

-¿Por què?-

-¡Porque te amo! Porque eres belleza y ternura y perdón y regocijo y saciedad interminable para mi en este infierno…-

-Si tù hubieras muerto por mi, yo estaría viva y jamàs me habrìa enterado de tu existencia…-

-Claro que si. Te habrìa seguido para siempre hasta que te acostumbraras a mi presencia  y al final cuando murieras vendrìas a mis brazos nuevamente.-

-Me alegra que no hubieras muerto por mi. Hubiera odiado mi vida por tu culpa...-



Capitulo IV "No existe lugar como el hogar"

...Aqui vivìa. Conozco ese àrbol y esa ventana y el color de la reja de la casa. Yo puse las baldozas que estàn en el patio y en las noches frìas cubrìa con paja las macetas de margaritas.  Los pisos de madera son los mismos, pero hay algo extraño: no recuerdo haber comprado esa mesa de color caoba. Odio el color caoba. La casa huele a cafè recièn hecho como siempre en las mañanas.  Oigo tu voz y subo ràpidamente la escalera.  Tu perfume es inconfundible y me hace pensar en tu cabello mojado y fresco.  No puedo abrir la puerta. De repente la casa comienza a desaparecer bajo mis pies como si se hubiera bañado con aguarràs una pintura. No puedo correr.  Mis pies se convirtieron en raìces que se abrazan con fuerza a una de tus fotografìas.  Tengo que elegir entre soltarte o desaparecer junto con todo lo que me une a ti.  Por un instante pierdo la conciencia de mi existencia, pero parece que todo esta bien.  No pasò nada.  Estoy de pie en medio de la calle en un barrio que me parece conocido.  Camino un poco hasta orientarme... Aquì vivia. Conozco ese àrbol y esa ventana.... 




viernes, 18 de noviembre de 2011

Arena que se escurre de tus dedos

Siempre tendràs la opciòn de elegir si quieres ser feliz observando el brillo de la luna en el desierto, ò ser infeliz con la arena que se pierde entre tus dedos.   El mejor lugar para quedarte es donde tu corazòn pueda salir a jugar de noche sin temor a los escorpiones... Y cuando finalmente recordè ver con amor la aridez de tus entrañas, invoquè de nueva cuenta las rosas que vivìan dentro de aquellas espinas, y volvìa a añorar la brisa fresca y la sombra dulce que de tus manos para mi nacìan...

Noche tranquila, serena hipòcrita y de falsa paz. Dicen que el diablo anda suelto, habrà que salir a comprobarlo bajando a jugar en los rincones callados.  No estaba. Se guardò entre las sombras y callejones esperando a alguien a quièn hablarle de sus sueños oscuros cuando lo vea pasar.


Mendrugos

·         
Viernes de tantos vuelos...
y el diablo solo se queda mirando enjaulado,
entretanto que los paseantes le arrojan mendrugos de pan al pasar...

Y mientras del piso lame las morusas y pedazos,
con silencio y celo observa a esos pobres mortales
que caminan temerosos e indecisos,
sin saber que son los dueños de las llave    que abren ò cierran su propia libertad….

Del otro lado de tu espejo...




Eres tan igual a mi, que es imposible negarlo.
Y ahora comienzo a entender, què se siente estar del otro lado del espejo...

No es que me hagas ver mi suerte,
es que en tus ojos -copia de los mìos- tambièn me reflejo...

Y puedo atreverme a decirte, que pocas veces te habìa pasado esto,
no es que tengas miedo de mi,
es que màs bien sabes
que conmigo no te sirven las màscaras,
porque yo a ti te miro desde adentro...

miércoles, 16 de noviembre de 2011

Vamos a salir mal tù y yo...

Creo que vamos a salir mal tù y yo por descuidado...
¿Còmo se te entrega algo brillante y reluciente y
lo regresas roto, suicio y maltratado?

Para la de malas, yo asi soy...
No sè dar sobras a nadie y si voy a regalarte algo
¡Serà con todo y hasta envuelto en papel dorado!

Estàs acostumbrado a romper las cosas niño berrinchudo,
¿Y pues al cabo què tiene de malo?
Si lo que te sobra a ti son juguetes,
y el que ya no te gusta
simplemente se va al bote de lo desechado...

¡Niño malcriado, asi no son las cosas!
y en el ir y venir de la vida
tambièn tù terminaràs en una de esas en el bote de lo usado,
porque pides por pedir y nunca sabes lo que tienes,
màs tarda en llegar algo a tus manos
que lo que tardas en dejarlo botado....


martes, 1 de noviembre de 2011

Quimeras

Solo puedo soñarte porque no existes,
què pena…
Hubiera dado mi vida, mi alma y hasta mis letras por encontrarte.
Tù el hombre perfecto, el príncipe azul que baila en mis cuentos…
Aquel caballero de blanca armadura
que igual bese al diablo a mi lado
ò  que suba conmigo a jugar en el viento.


¿Serà que en mi mundo no se dan los pares
y que solo respiras en mi mente perversa?
Mis fuerzas se acaban y aùn sigo esperando
a ese hombre valiente que no tema a nada,
a aquel vanidoso cubierto de gloria
que ordene a la luna y  que calle a los tiempos,
que guarde en la bolsa todos los momentos
en que tiemblo de miedo y corro a su encuentro.

Quizà en la vida todo sea un sueño
y atrapar quimeras te mantenga vivo,
Por lo tanto, aqui sigo a la espera de un ser encantado
que de dìa brille y que de noche se convierta
en el màs oscuro y oculto de todos mis pecados.

miércoles, 26 de octubre de 2011

Cuìdate de que no tengas novia poeta.....

Pensè que dolerìa mas, pero no…realmente fue fácil.
Gracias a ti, lo comprendì en un solo chingadazo.
Costò quizá un par de horas mal invertidas y una botella de vino para acompañar,
-barato como tù, lo cual es consecuente-
Para poder aceptar que de tu nube y tu pedestal,
no habrá quièn te baje jamàs!

Que después del sol radiante, te encuentras tù parado
hecho y creado para ser adorado y nada màs…
Que tu boca es medida y tu voz mandamiento,
que aparentas el brillo y que quieres las luces en todo momento!

Amigo….¡Que risa me da tu caso!
Que te sientes “Don Juan” de sonrisa perfecta
y que tu clan lo compones de niñas sin experiencia.
Si bien deslumbras a la primera mirada,
basta ponerte un rato al aire para que se te caiga la chapeada.

No eres malo, lo acepto…
Pero què làstima;  tù acostumbrado a ser el Rey y yo que soy la Princesa en mi cuento!
Vàmos alègrate, lo nuestro no fue tiempo perdido
porque a pesar de todo, de bufòn si sirves
y andando de buenas hasta eres divertido.

Lo siento mi amor,  que pena me da tu caso:
Puede que algunas les encandile tu presencia,
pero para seguirme a mì se necesita ser hombre y no pedazo.

Calaveras de colores...pa`las primeras victimas: Gaby, Martha, Ivette, Lili, Luis David y Miguel Angel!

Llegò la Flaca este año
y no hallaba ni por donde empezar
porque con tanta carnita fresca
a todos se los queria empacar...
Y como viòlos a todos contentos
degustando en singular ocasiòn
los agarrò de izquierda a derecha,
parejitos como son:

En la cabecera de la mesa, no podia evitar
su primera victima  del año espera y no la podia defraudar!
Se sentò alegre al acecho
y a Luis David le sonriò,
le dijo : -Gordito, la muerte te espera! vàmonos para el panteòn!
-Con mucho gusto te sigo! (a una dama no iba a desairar...!!), nomàs
permìteme actualizar mis localizaciones y estados, si no no me van a
poder encontrar!-

Entre llamadas y chateos, la muerte de esperar se cansò
volteò a la siguiente silla y a Martha Perèz saludo:
-Buenas tardes Licenciada, la muerte ya le llegò!
-Te callas y te aplastas y le bajas de intensiòn!- rapidito Marthita le contestò-
Que tengo mucho trabajo para prestarte atenciòn!

Pàlida de aquellos sustos, por otra victima optò
y sus huesudos ojos pusò en la srta Lili Azul Amor,
màs no contaba con su astucia que hasta a la muerte burlò:
-Yo te sigo a donde quieras si me dices por favor
Estados con capitales, tablas de multiplicar y los nombres de
mis alumnos en orden alfabètico y con sus cuadros de honor!

Hàbiendose sentida ofendida, la Parca se levantò
y pensando encontrar una victima màs sencilla,
tràs de Gaby se apostò.
Còmo eran casi las 9:00 y la Chata se tenia que dormir
saliò volando en la moto y la muerte la tuvo que perseguir!
No fue posible alcanzarla y ni el polvo le saboreò,
Porque en lo que la muerte se acomodaba el casco
Gabriela a su casa llegò!

Volviò la triste Calaca a la fiesta a buscar
a un coqueto gûerito que al llegar le gustò,
pero grande fue su tristeza al preguntar por Miguel
que ya se habìa retirado para irse a trabajar!
De inmediato cuestionò a todos ¿dònde lo podìa encontrar?
-¡Imposible!- contestò su compadre, -trae la de Harry Potter, asi
que de ningùn lugar lo vas a sacar!-

Cansada volteò la muerte a una esquina
y los ojos en Ivette clavò
màs no contaba la muerte que al sentarse junto a ella
la 45 de la bolsa le sacò!
-Estimada y fina Muerte -le comenzò a explicar-
¿La quieres con diccionario o a balazos tambièn te la puedo cantar?

Se fue la Muerte muy triste y arrastrando el costal,
pero dijo: -Todavia me quedan muchos y màs de alguno me voy a cargar!-
Asi que ni piensen que me despido
por aqui voy a seguir
y aguas con el que se quede dormido
por que me lo voy a subir!


domingo, 16 de octubre de 2011

Ojos Fieros

Pasas en silencio tràs de mi arañàndome la espalda. A veces quisiera poder volverme hacia tì y atraparte entre mis brazos, pero solo alcanzo a ver tu sombra alejàndose sigilosa como un lobo en las penumbras.  Sonrìo.  Continùo desenredando lentamente mi cabello mientras mi piel se eriza al sentir tus dedos recorrièndome, como si aùn quedara algo por descifrar.  Cierro los ojos y me dejo llevar por la dulzura de tus manos que dominan en un instante todas mis fuerzas y las transmutan en ternura que te bebes gota a gota.  Siento tu risa en silencio y la humedad de tu aliento que ya no està...

De mi espejo solo quedan colgados tus ojos fieros. En ellos solo veo lo que otros llaman mundo real...

Tu frio acariciàndome la espalda

Noche tranquila. El olor a frìo y cafè me recuerda tu sonrisa mientras me abrazo a ti con el pretexto de esconderme del viento en tu chamarra. No puedo evitar recordar tus palabras y sonreir... Creo que tendrè que rendirme y aceptarlo: Si, me encantas desde la primera vez que te vi....

Un sorbo largo y pausado me envuelve en tus memorias. Sonrìo mientras veo de reojo nuestra fotografìa.  Esa, prohibida y oculta que solo a mì me cuenta secretos de tus noches y de tus ojos fieros bañados de luna y marfil.  Te extraño... pero el mundo no puede saberlo, asi que te guardo y te oculto.  Deshago tu imagen en el humo silente de una vela que baila dormida.  Aunque no pueda verte, aqui estàs.  Te siento respirar al lado mio y estiro los brazos como si quisiera tocarte...

martes, 11 de octubre de 2011

PROMETO

Prometo que voy a enterrarte algùn dia,
pero hoy no.
Prometo firmemente sacarme hasta tù ùltima astilla de mi alma,
pero no èsta noche, hoy no puedo....


Prometo dejar de maldecir tu nombre
y arrancar las huellas
con las que me haz dejado marcada...


Prometo que cuando las heridas hayan cerrado
me olvidarè de tus manos y de tus ojos frios y del olor de tu cuerpo,
pero hoy solo quiero sentir
como me desgarro al besar tu recuerdo.


lunes, 10 de octubre de 2011

Colmillos

Te miro y enciendes de pasión mi perversa vanidad.  Eres yo misma reflejándome en las llamas de tu espejo.  Me consume y me desangra lo que encuentro.  No me importa… El mundo observa en silencio para ver hasta donde  puedes llegar a destruirme…
Me dejas sentir ventaja sobre tu poderìo y en seguida me tomas la revancha.  Juegas conmigo a placer, como si tus fuerzas se pudieran medir con las mias.  Y cuando estoy a punto de entregar mi ùltimo suspiro, te vas.  Te das la vuelta en silencio mientras me miras de reojo burlonamente. 
Me lamo las heridas que dejaron tus colmillos y te reto.  Regresas.  Tu vanidad es màs grande que tu furia, màs grande que mi ego. Quieres mirarme con desprecio, pero no puedes.  Sabes que quieres huir pero tu arrogancia no te lo permite.  Sigues allì, mirándome de frente mientras reclamas tu fiereza ante mis ojos. Te miro vigilante mientras siento como se erizan lentamente los pelos de mi espalda. 
Me aterra lo que veo y  me encanta…caminamos en círculos mientras esperamos que sea el otro quièn dè el primer paso…. El tiempo se detiene y solo quedamos el universo, tù y yo… Lo demás se ha ido, nunca existió.

jueves, 28 de julio de 2011

Brindis por un mal recuerdo

¿Còmo explicar sin herirte, querido amigo
que en lo que tù piensas que vas
diez veces he recorrido yo ese camino…?

¿Còmo decirte quizás,
que si eres tù y no yo
quien hizo todo lo posible
para  aventarte al olvido?

Que si bien errores he cometido
dejarte junto a mi alzar tu copa
solo ha sido una pequeña muestra màs
de lo que hecho en esta vida loca

Màs de tipejos como tù
està lleno mi pasado,
cierto que no eres mi último poema
pero en lo referente a tu historia
el capìtulo està cerrado.

martes, 26 de julio de 2011

Colecciones...

Coleccionarè sin darte cuenta
 los destellos de tus ojos
y el sudor que se escurre por tu espalda
en aquellas madrugadas frìas...

De ti, guardarè las risas y lentamente
borrarè en pasados
cualquier rastro de tristeza ò tiranìa.


Observarè en silencio tus triunfos y victorias,
y cuando ya nadie hable de ti ni de tus obras,
cuando el silencio sea lo que embargue tu memoria,
me acordarè de ti
por que siempre seràs obra viva y
piedra angular en mi historia.

jueves, 7 de julio de 2011

Extractos de una carta a tu memoria...

A ti te digo:

Créeme que si una cosa he aprendido con el tiempo, es a no negar las emociones y sentimientos. Solo tendrè una vida para vivirlos  y los voy a disfrutar gota a gota.  La tristeza pasajera y la melancolía son parte del boleto en èste viaje y máximo cuando permites que alguien màs forme parte de lo que tù mismo eres.  Todos tenemos  momentos que son grandiosos y ùnicos y que acaricias con el pensamiento mil veces y otros que te hacen sentir tan vulnerable.  Todo es parte de lo mismo.  La suma de combinar dos vidas para obtener un solo resultado.


Si a veces siento un vacio por tu ausencia, es precisamente  por lo mucho que me inunda tu presencia.
Por lo grandioso que son los momentos que compartimos.  Todas tus memorias vienen acompañadas por una sonrisa.  Siempre estas allí cuando necesito esconderme entre tus brazos.  Te convertiste en mi refugio por cuenta propia y lo disfrutas.

............


Trascendiste en mì el limite del tiempo, de lo correcto, de las formas, de los nombres y de los espacios. Eso nada ni nadie te lo podrá arrebatar jamás.  A veces siento ganas de gritar tu nombre, asì abiertamente, a los cuatro vientos.  Pero no puedo.  No debo.  Entonces lo grito asi, despacito.  Agarro tu imagen casi perfecta y despuès de repasarla mil veces en mi pensamiento, la deshago y la  convierto en letras.  Si asì, en montones de letras que salen volando libres como mariposas cada vez que pienso en tu sonrisa. 

Amarte es inevitable.  Te quiero porque eres la suma de muchos logros.  Te quiero por lo que fuiste, por lo que eres, por lo que das.  Te quiero cuando estoy contigo y te quiero cuando estas "no-presente", por que ausente nunca estàs....

...........

Te vas.  Despierto y desapareces.  Solo el rastro del olor de tu piel en mis manos me prueba tu existencia.  Algunas veces pienso que no eres real, que yo te creè.  Asi, en alguno de esos sueños raros que huyen de tì a la media noche y te persiguen hasta la madrugada.  Te temo. Te he visto dominar dragones con una mirada.  No puedo luchar contra ti y lo disfruto.  Eres la suma perfecta del bien y del mal y yo me quedo parada en la linea del centro viendo como puedes pasar de la furia a la serenidad de la mañana.  Tus ojos son el filo que me indica hasta donde puedo llegar sin caer al precipicio...

Te quiero.  Hacia mucho que no sentia ganas de luchar contra mi y dejarme ganar la partida para acabar perdida en tus brazos....

miércoles, 6 de julio de 2011

Hoy que estàs viva....

Hoy que estàs viva
hàzle el amor todas las noches,
entrègale tu alma desnuda y hambrienta en cada suspiro
y llènate sin miedo de sabor a èl .

Hoy que estàs viva
devòralo a besos,
pièrdelo en tu boca, escòndelo en tus brazos
que tu vientre sea su refugio y luz.

Hoy que estàs viva
con tus dedos convierte su piel en campo fresco,
que sea tu tierra fèrtil
y hàzla reventar y florecer.

Hoy que està viva
Recuèrda que el mañana no sabes si vendrà
por eso que èsta noche sus manos te  recorran
y te bañes en los rìos de su saciedad.


martes, 5 de julio de 2011

Dicen que ella se fue, pero yo no les creo....

Rosa Ma. Montes Puente
Muriò el 24 de diciembre de 1977, faltando 5 minutos para la media noche.  32 años con 10 meses y 28 dìas.  Esa fue su vida exacta.

Por solo algunos minutos màs quizàs hubiera visto el siguiente dìa pero no fue asì. A veces creo que recuerdo màs de su muerte que de su vida.  Quizà por que fue tan breve nuestro compartir en el mundo que no hubo mucho espacio para dejar marcas permanentes: Un puñado de imàgenes diluidas en el tiempo es lo ùnico que deja testimonio de haber existido.

Triunfò.  Fue fuerte y se atreviò a desafiar convencionalismos sociales. Hizo lo que quiso. Decìan que su memorìa fue prodigiosa y si lo creo.  Una vieja caja guardada en los altos del closet se convirtiò en su càpsula personal del tiempo: vestigios de diplomas y recuerdos escolares, fotografìas, algunos objetos.  Ropa nueva e impecable colgada en su clòset durante muchos años fue la constante que reclamaba su espacio en la casa.  Sus lociones y perfumes fueron extinguièndose poco a poco.  Una fotografìa enorme que miraba con escrutinio la sala y eternas flores sobre la mesa.  Ese fue su recuerdo.

Mostrarle el mundo a tus hijos suele ser el trabajo de una madre, pero no para ella.  Sabìa que eso hubiera sido algo muy sencillo para nosotros y por eso nos desafìò a descubrirlo nosotros mismos a partir de las huellas que nos dejò en la arena: no serìan eternas, solo estarìan alli el tiempo suficiente para que las pudieramos seguir.  Su primera lecciòn fue contundente: Estamos solos.  Pero no fue una lecciòn de miedo, fue de fuerza.  Fue dejarnos descubrir que no necesitas que alguien te tenga que tararear tarde a tarde tus obligaciones para que puedas cumplirlas.  Nos hizo valientes. No hay espacio para el miedo cuando no hay nadie que pelèe por ti tus pequeñas batallas mientra tù simplemente comes palomitas viendo la televisiòn.... Recuerdo haber comenzado mi libertad a los 5 años, a los 7 tuve que consumar mi independencia.

Ella nunca se fue y lo demostrò a cada momento. Era invisible, es todo. Las leyes de la gravedad, peso y espacio dejaron de serle una limitante.  Odiabas ser diferente y quizàs ella lo sabìa pero no le importaba: no habìa manera de dar marcha atràs en las cosas.  Nunca se fue.  Se convirtiò en una intuiciòn que parecìa muchas veces gritarte desde alguna parte si algo no era correcto.  Se convirtiò en un espiritu de lucha y de rebeldia ante todos los que se acercaban a prodigar su làstima.  Se convirtiò en fuerzas, en coraje para resolver problemas con los que no estabas listo para lidiar todavia...

Todavia hoy pienso, que hay muchas cosas que me hubiera gustado conversar con ella compartiendo una taza de cafè, eso no cambia.  Pero tambièn sè, que desde ese dìa tengo una acompañante eterna que en màs de alguna ocasiòn ha sonreido y cruzado los brazos silenciosamente mientras que pienso que fui yo sola la que llegò a la meta...

Te quiero mamà!


domingo, 3 de julio de 2011

Prohibido enamorarse

Deberìas de haber pegado una etiqueta en tu espalda
que dijera "prohibido enamorarse"
pero no lo hiciste y ahora es muy tarde para eso.
Te acercaste a mi
silencioso
casi invisible, intocable...

Dos rosas, mil letras y tus sonrisas
eran lo ùnico que me mostraban
al Principe Azul vestido con piel de lobo...
que con mi pensamiento poco a poco
fui elevando a la perfecciòn,
hasta que llegò el dia que te medì con ella
y mi imagen casi infantil de aquel principe perfecto
se quedo corta y tan pequeñita
ante el brillo de tus ojos y la fuerza de tus manos
que entonces supe
que no existirìa jamàs libro alguno ni forma de contenerte
y me fundì en ti para siempre
asi sin preguntarte,
comenzè a amarte y quererte tanto
y pagabas tù con tantos besos ese amor,
que no pudo evitar crecer
como la luna
y brillar
y alumbrar con su luz a enamorados y poetas
y hacer del cielo una obra de arte
que solo tù llenas con tu esencia,
y te amè entonces asi, sin preguntarte
y te convertì en estrellas y te aventè hasta el cielo
para poder ver tu brillo fulgurante desde aqui,
tranquila, sonriente
escondida en el refugio que me dibujas con tus brazos
mientras tu corazòn me cuenta historias
de dragones y princesas
y con tus labios me arrullas
y me guardas en tu corazòn.

Primera Lecciòn: No se necesitan lentejuelas para brillar.

En cada dècada de mi vida
se han resumido logros y fracasos que solamente yo guardo en mi baùl personal.

Cada año que ha pasado
me ha dejado marcas,
las primeras fueron todas en mi mundo interno,
las actuales, ya se empiezan a notar .

A gracia de dìas interminables, de risas y desvelos, de noches tristes
y de momentos que te roban las respiraciòn
he aprendido
que la vida no tiene segundas partes
ni permite ensayos
estar vivo es simplemente una obra maestra de improvisaciòn.

Me he dado cuenta
de que el dinero es importante, si,
pero las sonrisas que màs acaricio en mi memoria
se dieron en medio de cosas simples y sencillas,
y no necesitas lentejuelas para brillar.

He aprendido
que tus amigos son los que sostienen tu mano
en los momentos duros y encallecidos
y la risa de tus hijos es la mejor motivaciòn.
He aprendido con la frente en alto
que nunca debes decir "no puedo" si antes no lo haz intentado
y no debes mentir para obtener lo que quieres
por que a la verdad le gusta tambien dormir desnùda bajo el sol.

A mis casi cuarenta años de vida
me doy cuenta
de que quizàs nunca fuì tan especial como pensè,
pero tampoco los demàs vivieron tan equivocados
simplemente ellos eligieron una opciòn diferente a la que yo escogì.
Elegì una y mil veces mal....
pero sin esos errores nunca habrìa aprendido a hacerlo bien.

Hoy discierno que "ser alguien"
no depende de los titulos que cuelgues en el descanzo de la escalera
ni de las fotos que tengas abrazado de politicos y demàs,
si no, depende del efecto que tu paso cause en las personas que amas:
de los corazones que toques, de las tristezas que arranques...
de las rodillas raspadas que hayas limpiado...

Al estar a filo de mi cuarta dècàda
no es que ya no quiera cambiar al mundo,
si no que he comprendido que nada cambiarà el orden de las cosas
si no arreglas primero tu yo interior.
He aprendido que hay guerras tan vanales y superflùas
que mejor dejarè a otros el honor
de desperdiciar su vida en lograrlas...

Hoy amo llegar a mi casa y ver los sillones gastados,
me recuerdan que amigos han pasado por aqui
y que hemos tenido buenos ratos....
me gusta esconderme en mis fotografias
y hacer barcos de papel con mis cuentos y escritos.

Disfruto de cuando en cuando
abrir las jaulas de mis viejos rencores y darles libertad.
Mordisquear un chocolate hasta sus ùltimas morusas
y cantar como si nadie me oyera
en esas mañanas de prisas incesantes que recorren la ciudad.

Tendrè en un momento que dejar el hàbito
de cuidar las calorìas que como y vivir pendiente de un reflejo
falso del espejo.
Quizà todo eso, dentro de pronto estè a punto de partir.
La vida no se mide por tallas ni por rostros perfectos para siempre...

Acepto gustosamente el no haber sido moneda de oro
y en màs de alguno haber creado una total aversiòn
màs nadie podrà decir en este mundo que he sido falsa ni vendida
si he dicho "Te amo" es por que asi lo siento
y si he dicho "Te ignoro" es por que eso sembraste en mi corazòn.

jueves, 30 de junio de 2011

Si tu piensas que soy invencible, no lo digas...

Si tu piensas que soy invencible
no lo hagas,
que tambien por ratos me deshojo
y me dejo arrastrar por el viento.

Si tu piensas que soy incansable,
no lo digas.
Puede que alguna vez me veas
arrastrando los brazos,
extenuada y sin aliento.

Si haz creìdo que soy aguerrida
¡Desengàñate!
tambièn cierro los ojos con miedo
y busco un refugio
que no tumbe el viento.

Pero si tu piensas que la tristeza me mata
¡Te equivocas!
Puede que hoy mi pena inunde mil mares
pero mañana una sonrisa
es lo que encontraras en mi boca.

Adiòs!

Cada “Adiòs” es una catàrsis.  Una palabra que inspira miedo porque nos avienta con los ojos ciegos a algo nuevo y desconocido.  “Adiòs” es el cierre de un ciclo que hemos terminado, que sabemos ya que ha concluido desde mucho antes de que esa palabra se suelte de nuestros labios. 
“Adiòs” es confiarnos al destino y ponernos desnudos en sus brazos nuevamente.  “Adiòs” es una palabra que duele, que dobla hasta al màs fuerte aunque sea por un rato. “Adios” es una despedida que pocas veces se lava con risas y otras muchas tiene que ahogarse con un vaso de  Aguardiente.  “Adiòs” es poner la cerradura en el punto final y tragarse la llave y perder la memoria.
Hay muchos “Adiòs” que han vendido su alma al diablo desde el comienzo: Se hacen ocultos para ti, aunque para los demás sean evidentes.  Esos son los màs amargos:  Los que sabes que se tienen que soltar tarde o temprano, pero se aferran a quedarse, quizás màs por costumbre que por necesidad.  Los “Adiòs” que ya tuvieron ensayos, los que todo el mundo los ve, los que son inevitables e ineludibles, esos son los màs difíciles de pasarse en un solo trago, porque se te atraviesan en la garganta y te asfixian y te ahogan...y sabes que los tienes que escupir  pronto y sin contemplaciones por que te estàn matando, pero tus manos pierden fuerza al llegar a tu garganta...
Hay un "Adiòs" al inicio de cada historia.  Porque una historia no concluye en esa forma, si no comienza una nueva.  "Adiòs" es un preàmbulo. Un inicio y  no una despedida.  Un baño de sangre al que te tienes que atrever a atravesar para abrir un circulo en tu vida mientras los otros se van rodando lentamente y despidièndose de ti con su mano temblorosa.


Hay un "Adiòs" que se contiene en mi boca pero no sè cuanto tiempo màs pueda quedarse callado...








miércoles, 29 de junio de 2011

Llueve...

Llueve.  Me sirvo una copa y arrimo el libro que vez tras vez me mira impàvido desde el sillòn.  Escuchemos jazz... si, esas piezas que pusieron el fondo la ùltima vez que nos vimos, tranquilas, deliciosas... Esas que tienen el mismo brillo de tus verdisimos ojos cuando me ves llegar en forma inesperada.   Sigue lloviendo.  Poco a poco miles de gotas brillantes forman figuras en los cristales de la ventana.  Pienso en ti.  Pienso en tus besos con olor lluvia y en tu espalda cansada.  Pienso en tus manos que rozan mis rodillas de cuando en cuando.  Pienso con el olor de la lluvia a mis espaldas y no puedo evitar pensar en ti. Ojalà y nunca deje de llover....


lunes, 27 de junio de 2011

Fantasmas...

Me habia empezado a acostumbrar a su presencia.  De cualquier forma, no podia huir.  No podia correr de los tubos y las mangueras que ya se habian comenzado a enraizar en mi cuerpo. Ni siquiera podia gritar para pedir auxilio.  Nada. 

Lo unico que podia hacer era observar ese techo blanco que se extendia hasta un infinito que yo no podia alcanzar a ver el fondo. Podia escuchar las voces hablando mas allà de mis pies.  Ya no escuchaba làgrimas y sollozos como al principio. Pero siempre estaba esa figura alli, callada, observàndome.  Miràndome algunas veces con esos ojos sarcàsticos y aterradores.  Otras veces me miraba sin verme.  Quisiera poder recordar y saber el por què de tantas cosas.

Se fue.  Ella fue la ùnica que vino quizàs por semanas o meses. Quisiera dar mi alma estùpida e inservible para  poder recordar quien era... Se quedaba sentada vièndome, pensando que yo no podia observarla tambien.  Ponièndome gotas que se meten como agujas en mis ojos ò cortandome las uñas que me recuerdan que sigo vivo. Se fue.  Las palabras de la mujer vestida de blanco eran como cuchillos que se me clavaban lentamente: "-Nunca va a despertar... no pierdas tu tiempo, mejor haz una vida decente, si puedes..." si alguien piensa que la muerte no se siente a cuentagotas...està tan equivocado....

Todo el tiempo esa infernal imagen seguia alli.  Durante muchos dias simplemente me observò.  Caminò a mi alrededor mirando cada uno de los detalles de mi maltrecha humanidad.  Sè que pasaron dias por que en el pasillo de afuera se escuchaba un ir y venir de buenos dias y buenas noches monòtonos y martirizantes. Del miedo pasè a la desesperaciòn.  Pasè a la angustia. Al fastidio...quisiera tambien poder pasar a la muerte y deshacerme de esta maldita càrcel de carne mantenida viva a la fuerza. Pero sigo aqui. Yaciente. Inerte.  Condenado a una pena que no puedo recordar por què pasò.  De repente, tengo destellos de mi memoria: la hora de salida de una escuela cerca de un campanario; el olor de un aserradero.  Una mujer mayor...sonriendo ò llorando, no estoy seguro....

Al borrarse el recuerdo, ese rostro sin expresiòn està sobre de mi nuevamente, vièndome como si estuviera parado entre el infinito de la cama sobre mi cabeza y lo que sea  que haya detràs de ella.  ¿Eres el Diablo? ¿Què esperas para llevarme? ¿Estaràs esperando que regrese mi conciencia, para entonces asi estar listo para arrancarme el alma y tragàrtela a pedazos?....

Hoy te vi en un destello de mi memoria.  Quisiera recordar tu nombre ò ponerte alguno para saber que eres tù, pero no puedo.  Estabas alli sentada, magnifica, perfecta.  Tu cabello arreglado y el filo de tu cara.  Sonreias mientras sostenias algo en tu mano, quizàs una copa...¿Bebìas? Hay mùsica al fondo pero la ignoras.  Sè que hablabas conmigo aunque no puedo recordar las palabras que salian de tu boca.  Solo te veo. Quisiera poder tocarte... quisiera poder tenerte y besar con desesperaciòn esos senos blancos que se asoman por el escote de tu blusa... Pero ya no estàs.  A lo mejor nunca estuviste y es solo una alucinaciòn retorcida de mi memoria. Despierto de mi sueño de ojos abiertos y solo continùa el foco que pende de la obscuridad de ese techo que se ha convertido en la làpida de mi tumba viva.

Nadie a vuelto a visitarme.  Sè que es noche por que alcanzo a oler el frio que se cuela por la ventana. A nadie le importa si tengo suficientes mantas ò no, dicen que mi cuerpo no recibe sensaciones.  Hay una mujer que no entra, pero se queda callada y quieta en el filo de la puerta. Dos hombres caminan a mi alrededor.  Hablan entre ellos como si yo fuera una mercancia expuesta en la carnìceria.  Mi precio se ha pactado y mi angustiosa y esperada muerte baila con ellos el vals de la reconciliaciòn.  Solo me quedarà esperar.  Espero que sea pronto....

-¡No serà tan fàcil como piensas!- dijo finalmente a mi oido una voz fria y ausente  -...no lo permitirè por que nadie puede tocarte si yo no lo permito...- agregò con una extraña mezcla de maldad y  benevolencia juntas.  Mi corazòn comenzò a latir rapidamente.  Por primera vez senti.  Senti una mano helada acariciarme la cara.  Hubiera querido llorar, correr con desesperaciòn ò sencillamente gritar con todo el terror que me devoraba, pero lo ùnico que pude hacer fue seguir mirando el cielo de mis angustias y esperar que solamente hubiera sido la primera muestra de que mi cerebro està comenzando a fallar tambièn... -No te iràs...- fue lo ùnico que dijo antes de perderse de mi empobrecido campo visual.

No sè en que momento perdì el ùltimo vislumbre que tengo de conciencia.  De repente, la sensaciòn de movimiento me hizo regresar a mi realidad.  Una serie de focos colgados del techo en un desfile silencioso me hacen darme cuenta de que no estoy en mi cuarto.  Nuevamente siento miedo.  ¿A quièn preguntarle en el silencio si estos son mis ùltimos momentos? ...Quisiera haber podido por lo menos haber recordado quièn era yo, se me hace èsta una muerte tan desperdiciada...tan absurda...

El techo metàlico del elevador me permite darme cuenta de que voy en una camilla. Parece anticuada.  Por primera vez veo mi imagen.  No me reconozco.  El pànico y la adrenalina me invaden al ver mi imagen en ese frio espejo de metal que se encuentra sobre nosotros.  ¿Quièn diàntres es esà mujer que està tirada aqui? ¿Soy yo? ¿Quièn demonios era yo? Esos cabellos rubios me gritan un nombre que no puedo recordar.... Los tres hombres que me llevan hablan de mi como si yo no estuviera.  -¡Està hùmeda todavìa...! dice uno de ellos mientras desliza su mano bajo la bata azul que me cubre.  Veo como lame sus dedos mientras los otros dos comienzan a revisarme lentamente.  -No era fea...y està tan joven todavia.... una vida desperdiciada completamente....- dijo el que parecia mayor de los tres. ¡Por favor, sigan hablando! necesito tanto saber quièn soy antes de que el  recuerdo quede borrado para siempre... Los tres continùan hablando de mi, ya no soy una mercancia....ahora soy un juguete que quisiera ahogarse en las làgrimas y los gritos que no puedo dejar salir...

La puerta del elevador se abre y una sàbana verde cubre de inmediato mi cara.  Oigo el ruido de las llantas de la camilla que me hace las veces de escaparate en medio de una horda de lobos.  Llegamos.  De repente, hay un cambio en la posicion vegetal que ha tenido mi cuerpo durante los ultimos incalculables dìas.  Un giro brusco y se ladea mi cabeza.  Las paredes estàn cubiertas de azulejos blancos. Huele a una extraña combinacion de antisepticos y muerte.  Es una morgue. No puedo ver lo que  pasa a mi alrededor.  Solo escucho aterrado y me guardo mis miedos para mi... y para mi inseparable carcelero que todo el tiempo mira impàvido lo que està pasando.  Camina invisible e inmutable entre los tres camilleros que sacan turnos para ver en que orden jugaràn con mi cuerpo tibio de plàstico ingobernable.  -¿Sentirà algo està muñeca? Dicen que està viva todavìa...- pregunta uno de los hombres a los demàs mientras me convierto en comida para hienas.

De repente, un alùd de imagenes se desprende de mi memoria. Sùplicas bañadas del mismo terror con el que quisiera ahogarme en este momento. Oigo voces y gritos dentro de mi cabeza.  -¿Ya no te acuerdas ò quieres pensar que ya se te olvido todo eso?- me susurra lentamente al oido esa voz diabòlica que se ha convertido en la compañera de mi infierno... -Buenas noches, Monnet...- Me dice nuevamente al tiempo que siento como recorre mi cuerpo con la frialdad de lo que parece una mano que acaricia suavemente como la muerte...

Unos pasos secos que se escuchan venir desde el final del pasillo termina con el festìn de los hombres de verde.  -¡Ràpido, acomoda todo! De seguro alli vienen Rebechi y el Dr. Bussô para acà.- Dice uno de ellos.  -¡Màldiciòn, tan rica que estaba la fiesta! làstima que no lleguen mamitas como èstas tan seguido...-   Un par de giros bruscos hacen que nuevamente tenga la vista fija hacia el techo por unos segundos.  Las làmparas de este lugar son de metal color plateado. De inmediato me cubren la cara con la misma sàbana verde con la que me taparon en el elevador.

-Buenas noches Dr. Bussô- dice uno de los tres camilleros a los hombres que acaban de entrar mientras los otros dos salen sin pronunciar una palabra. 

- Gracias.  Puede retirarse.- Fue la ùnica respuesta por parte del Doctor

-¿Entonces, està vivo ò està muerto este hombre doctor? Recuerde que soy un empresario, no un asesino... - Preguntò esa voz que ya habìa yo escuchado en la habitaciòn en la que habia estado entubado unas horas antes.

-Su muerte cerebral fue diagnosticada hace semanas, Rebechi - contestò el doctor mientras que supongo que me destapaba por completo para exhibirme como una bestia a punto de ser destazada.  -Se le mantuvo vivo por la identificaciòn que portaba.  Pero ya comprobamos que no existiò ningùn parentesco con Coratella-Virega.  Asi que es hora de que pague su cuenta-

¡No! ¡Esto es un error! ¡No estoy muerto! Siento como el corazòn se me va a salir de lo ràpido que me està latiendo.  ¿Còmo pudiera gritarles que estoy vivo? ¿Còmo decirles tantas cosas a dos seres que estàn alli para llevar a cabo una carnìceria a cambio de dinero? .... Por favor ¡Sigan hablando! ¡digàn màs! Necesito saber quien soy antes de que finalmente deje mi prisiòn material a la que estoy anclado... Puedo sentir como ruedan lagrimas por mis mejillas... ¿que acaso seràn invisibles para estos dos hombres tambien?

-Està tibio todavia... ¿estàs seguro que no siente nada ya?.... - Preguntò Rebechi quien caminaba a mi alrededor observàndome lentamente, quizàs tratando de convencer a su conciencia de algo que en el fondo ya sabia que era cierto....

Un bisturì clavado en uno de mis muslos fue la ùnica respuesta de Bussô ante su impàvido espectador.  -¿Convencido, ya? No hay reflejos pupilares, no hay pulso, no hay actividad elèctrica en el cerebro. ¡ El hombre està muerto!.  Lo estuvo desde que llegò aqui y lo seguirà estando cuando usted salga por esa puerta Rebechi.  ¡Con una chingada! ¿Quiere seguir adelante ò cierro el negocio con  Camillo...? Estamos a tiempo y nomàs me està haciendo perderlo a lo idiota, mientras èste montòn de valiosisimos organos estàn aqui viendo como se le hacen agua los cojones-.

Escucho el sonido de un portafolios que es arrojado sobre una de las mesas metàlicas que estàn junto a mi.  Asi que de eso se trataba esto.  Mis òrganos seràn vendidos a alguien.  Una ligera sensaciòn de tranquilidad me invade al pensar que aùn en mi indefensiòn e ignorancia, algo de mi estùpido e inservible cuerpo finalmente servirà para hacer un bien para alguien... ojalà que a varios.  Una especie de catàrsis espiritual comienza a invadirme. Siento paz.  Trato de formular una oraciòn de agradecimiento y despedida en mi mente.  La imagen de una mujer de pelo largo aparece desde el fondo de mi memoria dicièndome que.....

-¡aaahhhh!- De repente un inmenso y profundo dolor me saca de mis pensamientos.  En las làmparas metàlicas del techo puedo ver como el Dr. Bussô abre mi vientre en dos como si fuera un cofre a punto de ser saqueado.  ¡No puede ser, el dolor es insoportable! Trato de esperar con impaciencia que mi ùltimo vislumbre de vida se borre en cualquier momento...pero los minutos pasan y veo como salen òrganos de mi vientre mientras yo sigo retorcièndome de un dolor inmòvil  e incomprensible.  Bussô envuelve ràpidamente en alguna especie de lienzo cada una de las partes que va extrayendo  de mis entrañas.  Las depòsita cuidadosamente en una caja blanca con azul, parece una hielera ordinaria.  Ràpidamente regresa a mi cara la sabana verde que ha visto ir y venir mi sufrimiento en las ultimas horas ò quizàs minutos.  Siento movimiento pero no puedo saber que està pasando.  ¿Estoy muerto? ¿Dios, contèstame estoy muerto?

-Depende què quieras que sea la muerte- susurro esa voz inexpresiva y fria que se habìa convertido en el espejo de mis pesadillas.  -Para ellos fue un descanzo, para ti serà un premio al que no podràs llegar jamàs si yo no lo permito...- Dijo mientras volteaba con cierta altanerìa hacia un rincòn de aquella habitaciòn.

No tengo nociòn del tiempo.  Unos disparos casi al pie de la ventana que està a unos metros de mi pesadilla infernal causaron conmocion en el piso del hospital.  De repente gritos en el pasillo y pasos corriendo hacia la calle parecian indicar que algo muy grave habia sucedido.  -¡Mataron al Dr. Bussô en el estacionamiento, parece que lo quisieron asaltar al subir a su auto!- se escuchò gritar a una estudiante de enfermeria.... 

-"Pretium cum vita mortem propter clausum est. Pace sumus"- dijo la diabòlica criatura que me acompañaba mientras señalò hacia el lugar donde sonaron los disparos.  -"Pago el precio de la muerte con su vida, se cierra la cuenta. Estamos en paz".

-¿Quien eres? - me atrevì a preguntar por primera vez...

-Soy la sangre que derramaste.  Soy la Justicia que nunca jamàs pensaste que fuera a existir....-  dijo mientras desaparecia lentamente de mi presencia.

.......

Puedo moverme.  Por primera vez en mucho tiempo tengo la sensaciòn de movimiento.  Lentamente levanto mi brazo derecho y puedo elevarlo lo sufiente para ponerlo frente a mis ojos. Quizàs si puedo moverme, pudiera salir de aqui...  Mi mano està hinchada y amoratada,  traigo las uñas crecidas.  Trato de enderezarme y de repente el dolor de mi vientre abierto es indescriptible.  -¡Aigg!- grito mientras vuelvo a sentir que caigo en esta mesa de metal.  Giro la cabeza lentamente y comienzo a acostumbrar mis pupilas a la oscuridad que me rodea, a tal grado de poder comenzar a ver claramente detalles inverosimiles.  Oigo ruidos.  Ruidos inmensos, espantosos que parecen provenir de dentro de una gaveta que està junto a mi.  Pareciera el sonido de miles de bestias masticando àvidamente.... En medio de mi terror trato de pensar què es lo que està pasando.  -¡Por favor, quièn tengas que perdonarme, perdòname!- grito con todas mis fuerzas.  El estruendo seco de una palomilla que golpea contra el cristal me aterroriza.  Oigo pasos y gritos que vienen desde el pasillo nuevamente.  Es el Director del hospital y otros que vienen a practicar la autopsia del Dr. Bussô.  Cinco disparos en la cabeza cobran su cuenta.  Tres hombres con gabardinas entran y esposan al Director del Hospital, quien no dice nada y solamente sale con la cabeza agachada.    Un hombre de traje gris me saca bruscamente de mi helada tumba momentànea, me destapa y revisa rapidamente mis heridas  - Parece que estè fue su ùltima victima, esperemos que por lo menos sus familiares puedan venir a reclamar el cuerpo-  dijo, volvièndome a tapar y sin decir ninguna palabra màs.

La voces comienzan a hacerse lejanas poco a poco.  De uno en uno, los hombres abandonan la habitaciòn hasta dejarnos solos.  No tengo sensaciòn de dolor hasta que intento moverme.  Hacièndo un esfuerzo enorme consigo empuñar una de mis manos y comienzo a golpear la gaveta metàlica que se ha convertido en mi porciòn personal del infierno. Grito pidiendo auxilio desesperadamente y siento como las fuerzas me abandonan lentamente en medio de las carcajadas de alguien a quien no puedo ver, pero siento como su presencia inunda el àmbiente de un olor putrefacto. -¡Grita todo lo que quieras! ¡Grita màs! ¡Grita...quiero oirte!-

-¡Maldita sea! ¿Quièn eres? ¿Què quieres de mi? ¿No te haz hartado todavia infeliz? ¡Dèjame verte! ¡Dime què quieres de una vez por todas!-

La sensaciòn de ir en caida libre paraliza nuevamente mis pensamientos.  Siento como si me faltara el aire y una terrible opresiòn sobre el pecho.  No sè si tengo pulmones.  De lleno, golpeo con la espalda algo que parece ser agua.  Comienzo a undirme y veo como mi vientre abierto se convierte en una mesa servida para cientos de peces que comienzan a deborarme.  No puedo gritar.  Me estoy ahogando. Siento los chorros de agua que atraviesan mi garganta al mismo tiempo que escucho esas mismas carcajadas que me tragan.  El agua se vuelve amarga y tiene un olor penetrante. Formol.  Los peces se han largado y puedo ver hacia afuera.  Estoy dentro de un frasco rodeado de cientos de organos y animales suspendidos y flotantes.  Ninguno parece humano.  Una niña pequeña que camina lentamente  se acerca hasta la estanterìa.  Me observa...

-¡Està vivo, Monnet! ¡Esto de aqui esta vivo!- Parece decir la chiquilla a alguien que se encuentra detràs de nosotros....
 
-¿Puedes verme, puedes escucharme?- grito desesperado mientras trato de golpear el cristal que me rodea. -¡Por favor! ¡Por favor, ayùdame....! ¡Sàca....me?- Mi inexistente corazòn comienza a palpitar ràpidamente.  Su eco retumba en las paredes de cristal y me ensordece.  Una mujer joven entra y toma la niña en brazos con rudeza. -¡Te he pedido mil veces que no dejes entrar a Estephanie a este horrible lugar, tus experimentos me repugnan!... Eres el diablo Monnet.  Algùn dìa pagaràs todo el sufrimiento que haz causado- dijo la mujer mientras salia rapidamente abrazando a la niña con fuerza....

De repente, abro los ojos y me doy cuenta que sigo en mi prisiòn refrigerada.  Ya no puedo levantar las manos.  Mis brazos estàn entumecidos, cansados.  Tengo la sensacion de que mi lengua està adormecida y obstruye mi garganta.  No puedo respirar pero no importa.  El poco aire que logro aspirar se escapa provocando un silbido por la apertura de mi pecho.-¡Quiero morir! ¿Què necesito hacer para morir? ¡Alguien contèsteme por favor!- grito con tanta fuerza que siento que mis lamentos pudieran escucharse hasta el cielo... si es que el cielo quisiera escucharlos.

-¡Este es....!- Dice una voz morbosa y con un hato de temor mientras abre mi gaveta y me exhibe como si fuera si fuera un objeto demonìaco.  -Nadie sabe con seguridad quièn es...lo trajeron aqui por que pensaron que quizàs era familiar lejano de los directivos del Grupo....- Explicaba el joven envalentonado al puñado de estudiantes de medicina que habìan sido seducidos por el placer de la curiosidad indebida.  - El famosisimo Dr. Bussô fue asesinado la misma noche en la que tratò de vender los òrganos de este hombre.  Dicen que fue su venganza por haberlo matado...por eso nadie se atreve a hechar sus restos al crematorio, no vaya a ser que....-  No sè de donde, pero comienzo a sentir mucha fuerza en mis brazos nuevamente.  De repente la intangible figura que me habia acompañado inseparablemente hasta hace poco se para en medio del grupo de muchachos y le sopla lentamente al oido a uno de ellos mientras desliza una mano sobre su espalda.  -...Mejor vàmonos de aqui, estoy comenzando a sentir frio...- dice el estudiante presa del pànico mientras se aleja unos pasos hacia atràs del resto del grupo. Trato de estirar las manos pero no puedo.  Quiero gritar.  Se apaga la luz repentinamente y en la angustia de mis morbosos espectadores por salir corriendo del lugar, quedo afuera.  Creo que es de noche.  Mi fantasmal compañìa se queda parada....junto a mi, miràndome con esos mismos ojos inexpresivos que me tienen aqui atrapado por alguna razòn que no puedo comprender.... -¿Què debo hacer para morir?- le pregùnto a mi espectador que me observa sin emitir ninguna emociòn ante mi miserable plano de existencia...

-¿Morir?...tù estàs muerto estùpido mortal- Dijo mientras caminaba a mi alrededor...

-¡Eso no es cierto! ¿Por què sigo aqui entonces, dìmelo? ¿Por que no me mandas al màldito infierno de una vez por todas?-

-Monnet... Monnet... ¿Ya se te olvidaròn los gritos de horror de Mariannè?- Dijo en un susurro, mientras desaparecìa lentamente de mi vista. -Que Mariannè te perdone por todo lo que le hiciste...-

Mariannè... Mariannè...¿Quièn es Mariannè y què pude haberle hecho para estar atrapado en este estado de no existencia? - ¡Mariannè!- comienzo a gritar desesperadamente -¡Mariannè no sè quièn eres tù, no sè que te hice.  ¡Mariannè pèrdoname...pèrdoname ò maldìceme de una vez por todas para que pueda morir tranquilamente! ¡Mariannè! ¡Mariannè escùchame por favor....-

El ruido de unas llantas que rechinan y lo que parece una risa infantil hacen que mi cuerpo se estremezca con un escalofrìo.  Comienzo a golpear la gaveta en la que estoy encerrado.  De repente me ahoga nuevamente la sensaciòn de estar cayendo como una piedra aventada al vacìo.  Cuando al fin siento que puedo respirar, abro los ojos.  Estoy sentado en un  escritorio viejo y desordenado.  Hay libros que parecen de medicina ò biologìa.  Apuntes hechos a mano.  No puedo acabar de observar todo lo que està sobre el escritorio. Un sonido llama mi atenciòn.  El mismo sonido de las llantas que rechinan me hacen voltear a la entrada de la habitacion.  Es la niña que me miraba dentro del frasco acercàndose a mi montada en un triciclo....

-¿Eres Mariannè?- Preguntò desesperado a la niña que me mira fijamente.  No me contesta.  Sigue miràndome en silencio mientras vuelvo a repetir mi pregunta.  -¿Quièn eres niña, què tengo que ver yo contigo?-

-Mariannè dice que se va a morir esta noche, ¿Es cierto Monnet?, ¿Se va a morir?- finalmente se atreve a preguntar la niña quièn no deja de mirarme fijamente...

-¿Còmo te llamas niña? ¿Eres Estephanie, verdad? ¿Mariannè es tu madre? ¿Es la mujer que te sacò en brazos cuando observabas los frascos de la estanteria, verdad? ¡Llèvame con ella! ¡Dile que venga! ¡Necesito hablar con Mariannè! ¡Necesito saber què le hice y pedirle que me perdone!- Exigia a la criatura sacudièndola con desesperaciòn . No pasaba quizàs de unos 4 ò 5 años. De repente, tòmo conciencia de lo que estoy haciendo con la niña y la abrazo con fuerza mientras le pido que me perdone.  La niñita se escurre de mis brazos convirtièndose en un charco de sangre que continùa rièndo y balbuceando una canciòn de cuna desde el suelo.

Salgo corriendo de la habitaciòn.  No sè endonde estoy.  Por la escalera que està a mi derecha viene bajando lentamente una mujer joven.  No me mira. Desciende despacio, asièndose con una mano a la pared y con la otra recogiendo lo que parece el vuelo de un camisòn largo y viejo.  Se para junto a mi y sin voltear a verme me dice: -Lo hice por ti Monnet, tù querìas que lo hiciera y no te importo...-  Ràpidamente la tomo del brazo. Està frìa.  -¿Eres Mariannè?- pregùnto desesperado.  -Lo era.  Ahora soy la sangre que reclama justicia por tu soberbia Monnet- Voltea y no puedo evitar soltarla en un grito de horror.  Su rostro es el mismo rostro frio e inexpresivo del ser que me ha acompañado en mi tortura.  Sus cabellos dorados son los mismos de la mujer que vi en el ascensor...

De repente una brusca sensaciòn de movimiento me regresa a la realidad de la morgue que se ha convertido en mi sentencia.  Un hombre viejo y de apariencia àspera abre con fuerza mi gaveta y me mira con recelo.    -A mi ningùn fantasma me ha asustado ¿Me oyes cabròn? ¡No sè quièn seas ni què estès pagando y ni me importa! ¡Por mi, pùdrete en el infierno! Ya van 2 gentes que matas en este lugar y no voy yo a ser el tercero en tu lista, ¿Me oyes cabròn?- decìa con una mezcla indiseccionable entre miedo e indiferencia.  Abriò la puerta de uno de los hornos crematorios y luchaba por encender el piloto que arrancaria la quema de mis restos.   -¿Dos hombres?- pensaba yo tratando de imaginar quièn màs podria haber muerto junto con Bussô.  -"Et vos nolite  tangere mortem venies.  Requiem in Pacem Andre Macielli" No toques la muerte por que te tocarà a ti entonces, descanza en paz Andre Macielli  "- interrumpiò mis pensamientos una voz que sin desearlo se habìa convertido en mi ùltimo resguardo de esperanza.  Lentamente la figura etèrea y transparente comienza a caminar en direcciòn  hacia donde se encuentra el hombre. Voltea ligeramente sacudiendo la cabeza.  Mi pecho comienza a retumbar con los latidos de un corazòn que no existe al verla voltear hacia mi.  Es la mujer que sacò en brazos a la niña y bajò despacio por la escalera.  Su cabello seco y crespo parece el vestigio de lo que quizàs alguna vez fue una hermosa cabellera. Me mira.  Por primera vez veo sus ojos clavados en los mios.  Se agacha y sopla hacia la punta del piloto del quemador de gas que el viejo trata de prender entre maldiciones y reniegos.  Me vuelve a mirar y sonrie.  Se acerca al hombre que es totalmente ajeno a todo lo que està sucediendo entre nosotros y se inclina lentamente con la clara intension de darle un beso en la mejilla...

-No lo mates Mariannè!- gritè desesperadamente a la espectral criatura invisible a los ojos de su inminente victima.

Claramente extrañada, la mujer desaparece del lado del hombre que en ese momento parece haber percibido su presencia y se persigna repetidamente mientras se aleja apresurado del lugar.

-¡El no te hizo nada Mariannè! ¡No sè que es lo que te hice! ¿Yo te matè? ¡Por favor, castìgame a mi por lo que te haya hecho! - gritaba repetidamente esperando recibir alguna respuesta de ese ser que parecia haber regresado por algunos momentos al averno.  De repente su rostro impàvido y sin forma ni expresion està nuevamente junto a mi.  -Tù me pedìas que lo hiciera y te reias de mi cuando te decìa que venian a atormentarme por las noches-  dijo mientras caminaba al rededor de mi cuerpo.  -¿No recuerdas cuàndo me decias que estaba loca y no podrias amar nunca a una loca como yo?- me preguntò mientras materializaba su presencia.  Era hermosa.  Llena de maldad y dolor pero hermosa.  De repente puso su mano helada sobre mi pecho mientras me besa en la frente.  La deslizò hasta mi vientre abierto hacièndome retorcer de un profundo escalofrio.

No me acuerdo de nada.  No puedo recordar que pudo haber sucedido para recibir tantisimo odio.  Me esfuerzo en tratar de concentrarme y traer algùn recuerdo a mi memoria, pero es tan inùtil querer recordar algo que parece haber sido borrado para siempre.  De repente, una sensaciòn de un hormigueo ardiente que sube desde mis piernas me saca de mis pensamientos.  Gusanos.  Cientos de pequeñas larvas comienzan a salir de mi cuerpo putrefacto.  Rompo a llorar. El dolor y el ruido que causan es indescriptible. ¿Què quedarà despuès de que lo hayan devorado todo? Cierro los ojos. Ojalà y no quede nada por favor....

Los gritos de una mujer me hacen abrir los ojos.  Nuevamente estoy en la casa de la escalera pero no me puedo mover. Estoy atrapado dentro del muro de una habitaciòn que parece una sala de estar.  Observo a Mariannè forcejear con un hombre al que solo le veo la espalda.  Le grita que està loca.  Intènta dominarla pero pareciera que su fuerza es incontrolable.  En el piso yace  una mujer apuñalada.    -¡Era lo que tù querias, que no hubiera nadie que se interpusiera entre nosotros!- gritaba Mariannè enfurecida sin soltar todavia el cuchillo que delataba su carnicerìa.   -¿Cuàntos muertos màs vas a llevarte en la conciencia? ¿No te haz llenado de sangre todavia màldita enferma?- decìa el hombre al que no lograba verle el rostro.  En un momento de descuido el cuchillo atraviesa la gruesa chamarra del hombre clavandosè en algùn lugar de su pecho y comienza a brotar un rastro de sangre que escurre ràpidamente. El hombre cae al suelo tratàndo de contener el dolor de la profunda herida.  Mariannè voltea y descubre a la atemorizada chiquilla que ha visto toda la escena.  Sin darle oportunidad de escapar, la atrapa y baña con el petròleo que alimenta una de las làmparas de la sala.  -¡Ella es lo ùnico que interfiere tu amor hacia mi! ¡Es lo ùnico que nos separa ahorita, Monnet! Despìdete, por que es la ùltima vez que la vez con vida...-  Dijo la desquiciada mujer mientras caminaba en direcciòn a un  mechero encendido con la niña en brazos.  Mi pecho retumba como un tambor.  Ese hombre que estoy viendo luchar por su vida soy yo mismo.  Estoy siendo un espectador del presagio de mi propia muerte.  -¡No lo haràs!- grita el hombre mientras agarra el cuchillo que habìa quedado tirado cerca de èl.  En un movimiento lleno de furia, toma a Mariannè del cuello, desnucàndola al mismo tiempo que le entierra el cuchillo en la espalda. El mechero que tenia empuñado con la mano izquierda cae sobre una alfombra que comienza a arder ràpidamente.  Las llamas alcanzan el vestido rociado de gasolina de la pequeña Estephani ante los aterrorizados ojos del hombre que no logra apagarlo.  Todo arde.  Siento el calor en los muros de la casa que pareciera quisiera lavar con fuego todos los crìmenes de los que quizà fue testigo.  El hombre toma a la niña envolvièndola con una cobija que no ha sido alcanzada por las llamas todavia.  Corre con ella inconciente y arranca el auto.  Los pierdo de vista.  Mi desesperaciòn aumenta por que no puedo dejar la jaula de madera y ladrillos en la que he sido puesto.  La casa cruje.  Puedo sentir la angustia de otros que al igual que yo, buscan liberarse de esas paredes....

El sonido de varias sirenas me hace darme cuenta que estoy en otro escenario.  Comienza a clarear el dia. Siento mucho frìo y por primera vez me doy cuenta que estoy descalzo. El camino esta cubierto de una delgada capa de hielo. Hay àrboles. Sigo caminando hasta donde parece haber ocurrido un accidente. Nadie nota mi presencia.  Soy invisible.  Parece que un auto derrapò en el camino congelado y diò varias vueltas hasta caer al fondo de una cuneta.  Es el auto en el que me vì huyendo con la niña.  Bajo apresuradamente hasta donde se encuentra el vehìculo destrozado.  Varios hombres luchan por liberar mi cuerpo de entre los fierros retorcidos.  Un rescatista encuentra una credencial que parece haber perdido una parte en el accidente.  Solo se alcanzan a leer los apellidos Coratella-Virega.  La fotografìa y el nombre de pila no se encuentran.  Asumen esos datos como el nombre de  la victima y llena uno formularios.  Nadie parece percatarse de que en el accidente hay otra victima.  Comienzo a correr llamando a Estephani pero no tengo respuesta.  No la veo.

A unos 50 mts del lugar del accidente hay unas pequeñas barrancas y socavones.  Comienza a caer una fina capa de aguanieve y veo como los socorristas recogen sus pertenencias.  Del fondo de un socavon me parece escuchar una respiraciòn que poco a poco se extingue y trato de acercarme a su origen pero pareciera que mis piernas  no quieren responder a mis ordenes.  Como puedo trato de acercarme al lugar.  La caida de aguanieve se detiene y veo de frente las luces de un automovil que se aproxima a gran velocidad.  De repente el autòmovil comienza a zigzagear por el camino como si alguien estuviera luchando por obtener su control. -¡Dios, otro accidente en el mismo lugar!- pienso mientras volteo a buscar mi auto destrozado.  No està.  Me doy cuenta que he retrocedido otra vez en la linea del tiempo. Voy conduciendo el auto y veo el pequeño cuerpo de  Estephani recostado en el asiento de atràs. El dolor de la puñalada en el pecho es incontenible.  Cuando regreso la mirada al frente Mariannè està sentada en el asiento del copiloto.  No puedo verle la cara, pero la piel de sus manos luce completamente quemada. 
-¡Me la llevarè Monnet, me la llevarè.   Ella tendrà la misma suerte que yo y no podràs hacer nada para evitarlo!-
-¡Estàs loca!- le grito mientras giro con fuerza el volante que pareciera responder a una fuerza sobrehumana. -¡Nunca te la llevaràs, lo juro por mi alma! ¡Jamàs permitirè que le hagas daño!-
-¡Si ella vive yo muero junto contigo! ¿No lo entiendes? podemos continuar nuestro amor en la eternidad, ¿no lo comprendes Monnet? Todo hubiera sido tan diferente si tan solo me hubieras amado....-

Un dolor inmenso en el pecho me obliga a abrir los ojos.  Hay mucha gente y confusiòn a mi alrededor.  No siento la apertura en el pecho y hasta podria decir que puedo respirar con normalidad.  Un hombre que parece un mèdico se acerca a mi y comienza a revisar mis pupilas. -¿Me escucha?- pregunta sin proferir ninguna emociòn.  Mi ùnica respuesta es el reflejo de asentir con la cabeza. Me hacen preguntas al mismo tiempo que continùa mi exploraciòn.  -¿Puede verme..?- pregùnto a una enfermera que se encarga de cateterizarme un brazo.   La mujer voltea sonrièndo con la intensiòn de darme una respuesta pero es interrumpida por otra mujer que entra corriendo y me abraza. -¿Estàs bien?- me pregùnta entre un mar de sollozos y besos. Sè que la conozco pero no puedo recordar su nombre.  -¿Se pondrà bien?- pregunta ansiosa al mèdico que està terminando de hacer algunas anotaciones en un expediente.            -Señora.  Su esposo ingresò aqui en estado de coma y estuvo clinicamente muerto durante 4 minutos.  Si èste milagro no es prueba de que estarà bien, no sè que otra cosa pudiera serlo...-. -Todo va a estar bien- me dice mi esposa mientras acaricia mi cabello -seguramente tienes un angelote que sabe que nuestra pequeña Estefanìa no podrìa lograrlo sin ti- dice mientras toma mi mano y la pone sobre su vientre.  Esta embarazada.  La niña nacerà en dos semanas màs y sabe que siempre estarè allì para protegerla...