lunes, 6 de agosto de 2012

-¡¡Vàlgame Dios, ahora también Bombera….!! No quiero preguntar què es lo siguiente que se te va a ocurrir….-

Al andar por el campo y los cerros firmas un contrato muy importante: El de la responsabilidad.   Primeramente en ser responsable contigo mismo y ya después, con tus compañeros, con la tierra que estàs pisando y con los que vengan después de ti a recorrer el camino en el que estàs parado y quieren encontrarlo con la misma belleza con la que te lo entregaron.

Esto no se trata nomàs de aventar tiliches dentro de una mochila, comprarte unas buenas botas y vámonos recio, no, no.  Se trata también de que màs allà de un enorme e indispensable entusiasmo a prueba de peñones y acantilados, necesitamos también tener preparación tècnica para enfrentar gloriosos las emergencias y los desastres.  Asi que recordando que el lema de nuestro querido Club es “Salud y Honor” y no “Vale màs aquí corrió que aquí murió” nos dispusimos con mucho ànimo a recibir el curso de Control y combate de incendios en las instalaciones de AICA,A.C., impartido por el TUM Manuel capacitador estatal de bomberos, el Paramèdico experto Erik  y nuestro apreciado compañero Nèstor, quièn estuvo con nosotros paso a paso vigilando que no fuera a convertirse ninguno en pollo rostizado durante las diversas practicas que tuvimos.


La clase teórica fue muy interesante. Comprendimos còmo se origina el proceso que genera una combustión y los diferentes tipos de incendios que hay… Una de las cosas que por lo menos a mi me diò “ñañaras” fuè cuando Manuel pidió 2 voluntarios para hacer un sencillo ejercicio, el cuàl yo pensé se trataría de sostener algún bote mientras su contenido se inflamaba como soplete ò algo por el estilo y ¡Ah que alegría me diò no haber levantado la mano a tiempo!, ya que nuestras valientes guias Toñita y Vany nos ayudaron a comprobar mediante incendiar su dedo índice con gasolina que el fuego se apaga en forma instantánea al quitarle el òxigeno del rededor….¡Ya desde aquí comencé a pensar si mejor no hubiera sido màs conveniente quedarme en mi casa a echar lavadoras y que esto iba a estar màs hardcore de lo que mis nervios iban a poder manejar! Pero bueno, como mi lema favorito dice “ A lo hecho, pecho!” y pues ya estamos aquí y venimos a perderle el miedo a la lumbre, que comience la fiesta…¡¡Ya què!!!!



Despuès de conocer los efectos del humo y las temperaturas en un cuarto cerrado donde se quemò algo de papel con gasolina, alli vamos todos muy formaditos y bonitos a integrar nuestros equipos para trabajar en las pràcticas.  Una situación básica en este tipo de emergencias es el trabajo en equipo y la confianza  ciega, plena y absoluta que debes de tener en tu líder y tus compañeros…. ¡Y vaya que si es ciega! Porque entramos en un laberinto lleno de humo y trampas donde la visibilidad es cero absoluto y el chiste era entrar y salir todos juntitos.  Aquí por lo menos yo aprendì que la capacidad de adaptación de todos tiene que ser muy rápida, ya que en un momento nuestro reta se conviriò en el guìa y ahora sì que a gatas y tocando con nuestra mano izquierda el muro que nos servìa de “mapa” para encontrar la salida y la mano derecha en el tobillo del compañero de adelante para no perderlo, pudimos encontrar la salida.  


Ya de allí nos sentiamos listos para que nos enviaràn directito a chambear a Protecciòn Civil,  pero de repente nos encontramos con una construcción de tres pisos incendiada en varios puntos, donde teníamos que entrar como equipo para aplacar las llamas de las 3 plantas y salir hasta el techo.  Nuevamente, y còmo equipo de futbol americano planteamos nuestra estrategia para realizar nuestra labor con éxito: Toñita corta la luz,  Nacho revisa y abre la puerta y ataca incendio planta baja,  piso 2 es mìo, piso 3 le tocà a Belen; Nacho revisando que no se volviera a prender ninguna flama en la retaguardia y Nèstor echándonos porras y viendo que nadie fuèramos a terminar en el sótano por error.  Aquí el chiste además de cargar el bendito extinguidor de 9 kilos por toda la escalera,  era no terminar con todo el polvo en la garganta, porque aùn con todo y pañuelo yo termine con polvito hasta en los dientes, ¡ah pero eso si!  Todos muy contentos porque logramos llegar a nuestro objetivo en excelente tiempo y festejando a los demàs equipos que hacian lo suyo con gran profesionalismo y animos tambien!



Despuès de conocer de “lejecitos” una actividad llamada “Pantalla de fuego” en la que se capacitan bomberos profesionales, participamos en una dinàmica con los ojos cerrados otra vez…Todo iba bien mientras nos trajeron caminando de aquí para allà agarrados como si estuviéramos jugando culebrita y dándole cada uno información al que venia detrás sobre què estábamos pisando ò sintiendo, el problema fue cuando llegamos a algo que yo sentía como un tubo de metal estrecho (en mi imaginación era algo asi como una tubería, una alcantarilla ò un tanque de gas de esos largotes ò algo por el estilo…)  había olor a humo y ya no sè si lo que sentía era el calor del sol en el brazo ò de plano había algo quemándose allì.  Mi aversión a los espacios estrechos y claustrofobia mal dominada encendió todos mis foquitos de alerta cuando la voz de Nèstor me indico que me metiera….

-¿Me puedo destapar los ojos para ver?
 -¡¡No!!
-¡Me da miedo entrar allì…-
-¿Por què?-
-Porque no sè en donde me voy a meter y me siento muy insegura-
-¿Confìas en tus compañeros?
-Si.-
-Ellos ya entraron y van adelante, tù también puedes, además ya tienes un pie adentro…-

Y pues si, con la idea en mi mente de que en la punta de la fila iba el estimado Señor Melecio y que si èl podía pasar por allí y todavía no se escuchan sus gritos de que se hubiera atorado en algún punto, yo también podría caber sin problema, pues allí vamos.  No recuerdo quièn iba exactamente detrás de Melecio, pero después venia Vany y atrás de ella Toñita, luego estaba yo, y agarrando mi tobillo venia Belèn.  Despuès de arrastrarnos como unos 5 metros pecho tierra por ese conducto, yo comencé a sentir que llevaba como 50 metros arrastràndome y seguía sintiendo el olor a humo (que al final me di cuenta que solo estaba en mi mente porque no había nada encendido) malamente  empecè a dejar volar mi cabecita sobre què pasarìa si el conducto -ese largo e interminable-  se llenaba de humo y lo difícil que serìa respirar allì dentro y que solo tendrían algunos minutos para poder rescatarnos…¡y chales!! Ya en eso mi corazón comenzó a correr con màs fuerzas que mi imaginación y comencé a sentir mucho miedo.  Dije en voz alta “siento pánico” y creo que lo único que obtuve fue poner nerviosos a mis demás compañeros. Toñita me dijo que todo estaba bien, que me controlara y seguía escuchando las voces e instrucciones de los que iban adelante.  Despuès de un metro màs de camino, llegamos a un espacio como un cubo de concreto donde habia un poco de agua agua,  mayor altura y el “olor” desapareció. Seguimos arrastràndonos y sentì un gran aliviò al tocar pasto con mis manos porque eso significaba que ya estábamos afuera y a nivel del suelo a donde quieran los sigo.  Seguimos caminando como culebrita a paso de gallo-gallina todos ariscos por lo que nos pudiéramos encontrar  y finalmente llegamos a una habitación amplia y ventilada donde pudimos destaparnos los ojos y compartir  cada uno de lo que sentimos al realizar este ejercicio.   Creo que mi criptofobia recibió una importante lección con esta pràctica y me sentí muy bien al haberlo terminado junto con mis demás compañeros.  Todo el mundo aprendió algo muy valioso de èsta actividad y entre todos comentamos la importancia de confiar en tu equipo. De aquí nos fuimos a recibir una clase teórica sobre Busqueda y Rescate donde se platicò sobre la importancia de dejar señales y tener un protocolo de búsqueda dentro de nuestro Grupo….

Yo en lo personal, me llevo muchas satisfacciones de este curso y aunque espero que nunca, jamàs, ever, forever, sea necesario tener que poner en pràctica nuestras técnicas aprendidas, mi aprendizaje obtenido va màs allà de aprender a valorar un incendio. No dejo de sentir un enorme reconocimiento para todos aquellos que dedican su vida todos los días a ponerse en riesgo para llevarnos de vuelta a casa sin ni siquiera conocernos…..


(Todas las fotografias son del albùm Nèstor Gtez, con el respectivo consentimiento de su parte.  ¡Gracias Nèstor!)