lunes, 10 de octubre de 2011

Colmillos

Te miro y enciendes de pasión mi perversa vanidad.  Eres yo misma reflejándome en las llamas de tu espejo.  Me consume y me desangra lo que encuentro.  No me importa… El mundo observa en silencio para ver hasta donde  puedes llegar a destruirme…
Me dejas sentir ventaja sobre tu poderìo y en seguida me tomas la revancha.  Juegas conmigo a placer, como si tus fuerzas se pudieran medir con las mias.  Y cuando estoy a punto de entregar mi ùltimo suspiro, te vas.  Te das la vuelta en silencio mientras me miras de reojo burlonamente. 
Me lamo las heridas que dejaron tus colmillos y te reto.  Regresas.  Tu vanidad es màs grande que tu furia, màs grande que mi ego. Quieres mirarme con desprecio, pero no puedes.  Sabes que quieres huir pero tu arrogancia no te lo permite.  Sigues allì, mirándome de frente mientras reclamas tu fiereza ante mis ojos. Te miro vigilante mientras siento como se erizan lentamente los pelos de mi espalda. 
Me aterra lo que veo y  me encanta…caminamos en círculos mientras esperamos que sea el otro quièn dè el primer paso…. El tiempo se detiene y solo quedamos el universo, tù y yo… Lo demás se ha ido, nunca existió.