miércoles, 29 de junio de 2011

Llueve...

Llueve.  Me sirvo una copa y arrimo el libro que vez tras vez me mira impàvido desde el sillòn.  Escuchemos jazz... si, esas piezas que pusieron el fondo la ùltima vez que nos vimos, tranquilas, deliciosas... Esas que tienen el mismo brillo de tus verdisimos ojos cuando me ves llegar en forma inesperada.   Sigue lloviendo.  Poco a poco miles de gotas brillantes forman figuras en los cristales de la ventana.  Pienso en ti.  Pienso en tus besos con olor lluvia y en tu espalda cansada.  Pienso en tus manos que rozan mis rodillas de cuando en cuando.  Pienso con el olor de la lluvia a mis espaldas y no puedo evitar pensar en ti. Ojalà y nunca deje de llover....


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