miércoles, 22 de junio de 2011

Final. Apunte No 5. Grandeza hasta en tù ùltimo momento....adiòs Papà!



Sobreviviò sin graves secuelas a varias embolias cerebrales y paros cardiacos a lo largo de casi 20 años. Un bastòn y un ligero problema al hablar eran las unicas cicatrices de guerra que lo atestiguaban.  Al final, tuvo càncer y no se lo dijo a nadie. Nos enteramos hasta despùes de su muerte.  Jamàs lo vi quejarse ni hacer ningùn comentario al respecto. Su vida era completamente normal. 

Cuando quizàs, tuvo la conciencia de que era tiempo del final, me llevò al lugar donde conociò a mi madre. 

Nos sentamos a platicar debajo del mismo enorme àrbol de aquella plaza de pueblo donde muchas veces terminaba el paseo vespertino con Rosa Marìa y me señalò un comercio que en aquellos ayeres habìa sido una neverìa.  Desde Colima nos regresamos hasta Melaque ese mismo dìa...


Se sacò fotos con mis hijas en la alberca del hotel de playa que muchos años atràs habia sido testigo de aquel romance que nos trajo a nosotros a la historia. Recorrimos varias playas y sentìa como mi padre me observaba por largos ratos mientras jugaba con las niñas en la arena. Lo vi llorar al mirarme salir de mi habitaciòn llena de collares de conchitas: -¡Siempre te gustaron los colguijes!- me dijo mientras le atribuyò a los medicamentos que tomaba su "exceso" de emotividad.  Ya no manejaba en carretera. 

Despuès de nuestro viaje, llevò a mis dos hermanos a otro destino que tambien era significativo para èl.  Sè que visitò sobrinos y a otros miembros de la familia.  Vendiò cosas.



El 25 de septiembre de ese año, pidiò prender un cigarro en la cama del hospital en la que fue ingresado de urgencia en Morelia.  Fumò despacio. Saboreando cada bocanada de humo y despidièndose del vicio que lo acompañò durante toda su vida.

Cerrò los ojos tranquilamente y se fuè sin grandes aspavientos. Sabemos que si hubiera querido luchar, lo hubiera hecho.  Alguien dijo que quizà ya estaba cansado.  Yo digo que ya estaba satisfecho con su vida.

 Muriò sabiendo que aùnque no fue perfecto, hizo lo que quiso y como quiso hacerlo.  Cumpliò con todo lo que tenìa que hacer y a lo mejor, hasta hizo cosas que nunca llegò a pensar que alcanzarìa a realizar.


Como era de esperarse, su reloj de pulso se detuvo al tiempo de su partida y sucedieron algunas cosas sobrenaturales el dìa de su muerte. Sus cenizas estàn en Morelos junto con las de mi abuela, su madre; pero su ejemplo, su fuerza, su tenacidad, su gusto por la vida y sus placeres siempre estaràn presentes en mi memoria y mi corazòn!

¡Feliz Eterno  Dìa del Padre Don Gera! 

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