miércoles, 23 de noviembre de 2011

Cuentos eròticos del Inframundo


Capitulo I.  “Los ciegos”

-Si tuviera ojos, me gustaría verte.-

-No tienes.  Quizà tuviste, no lo sè… ni me importa.  Pero no tienes.  Eres ciega y oscura como todo lo que nos rodea.-

-Nunca tuve ojos… no lo recuerdo.  Ha pasado mucho tiempo desde la última vez que quise ver algo.  Ya no sè que se siente al ver algo que deseas.-

-¡Tòcame!.-

-No voy a tocarte.-

-¡Tòcame!.  Los ciegos palpan las cosas para poder entender.  Siènteme y recòrreme con tus manos para que puedas hacerte una imagen de lo que pienses que soy.-

- No soy ciega.  No tengo ojos, eso es todo. ¿Tù tienes ojos?-

- No me sirven.  Està demasiado oscuro y no puedes ver nada. Si tuviera manos te tocarìa para poder imaginarte….-



Capitulo II "La Bestia Dulce y el Alma en pena"

-¿Por què comes sangre, Quimera?-

-Porque es dulce y tibia y perfumada, Mujer Soldado.  Me habla de recuerdos y de nostalgias… de cosas que la gente cree que ya no recuerda y las esconde en el fondo de sus entrañas…-

-¡Pero no debes comer sangre! Es inmoral e inhumano… Me perturba.  Hablemos de otra cosa por favor…-

-¿De què quieres hablar entonces Soldado?-

-Te puedo hablar del placer inmenso que me da la guerra, Quimera… ò de los sueños húmedos que aùn tengo guardados…-

-¿Amaste algo que haya destruido la guerra, Soldado?-

-Si… Me destruyò a mi y a mis sueños transparentes.  Me convirtió en un monstruo vacìo y sin sentimientos. Por eso en venganza, la amo para que nunca pueda volver a descansar en paz nuevamente.-

-¿Le importarà mucho eso a la Guerra, Soldado? Ella es eterna como te volviste tù al enredarte en ella.-

-Que sea mi venganza entonces mientras mi sexo es tragado por la tierra…-

-Que asi sea entonces….-



Capitulo III "Romeo y Julieta"

- Te amo. Hubiera muerto por ti de haber sido necesario…-

-¿Por què?-

-¡Porque te amo! Porque eres belleza y ternura y perdón y regocijo y saciedad interminable para mi en este infierno…-

-Si tù hubieras muerto por mi, yo estaría viva y jamàs me habrìa enterado de tu existencia…-

-Claro que si. Te habrìa seguido para siempre hasta que te acostumbraras a mi presencia  y al final cuando murieras vendrìas a mis brazos nuevamente.-

-Me alegra que no hubieras muerto por mi. Hubiera odiado mi vida por tu culpa...-



Capitulo IV "No existe lugar como el hogar"

...Aqui vivìa. Conozco ese àrbol y esa ventana y el color de la reja de la casa. Yo puse las baldozas que estàn en el patio y en las noches frìas cubrìa con paja las macetas de margaritas.  Los pisos de madera son los mismos, pero hay algo extraño: no recuerdo haber comprado esa mesa de color caoba. Odio el color caoba. La casa huele a cafè recièn hecho como siempre en las mañanas.  Oigo tu voz y subo ràpidamente la escalera.  Tu perfume es inconfundible y me hace pensar en tu cabello mojado y fresco.  No puedo abrir la puerta. De repente la casa comienza a desaparecer bajo mis pies como si se hubiera bañado con aguarràs una pintura. No puedo correr.  Mis pies se convirtieron en raìces que se abrazan con fuerza a una de tus fotografìas.  Tengo que elegir entre soltarte o desaparecer junto con todo lo que me une a ti.  Por un instante pierdo la conciencia de mi existencia, pero parece que todo esta bien.  No pasò nada.  Estoy de pie en medio de la calle en un barrio que me parece conocido.  Camino un poco hasta orientarme... Aquì vivia. Conozco ese àrbol y esa ventana.... 




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