Desde que me acuerdo, la vida en todas sus manifestaciones me
ha fascinado. Realmente no importaba
demasiado si tenía toda la azotea llena de latas con semillas germinando,
cubetas con cientos de ajolotes llevándoles registro diario de su metamorfosis,
pichones o peces. De la biología
autodidacta pasé a las civilizaciones antiguas con todo y capítulo dedicado a la Ufología. Revisé con cuidado la química elemental, astronomía,
artes, letras y demás elevaciones del indomable espíritu humano. No había nadie a quién convencer sobre la
importancia de mis cavilaciones y simplemente cuando alguna de mis aficiones
comenzaban a aburrirme, era tan simple como cambiar de tema hasta que llegara
alguno nuevo que sustituyera al anterior. De las inagotables posibilidades de
asombro lentamente comenzamos a mutar en adultos llenos de obligaciones y no sé
por qué carajos tenemos la maldita costumbre de guardar nuestros sueños en el
cajón del “será después” y ver como se entierran nuestros anhelos debajo de
toneladas de ropa de lavar y los recibos de pago.
“La vida no nos va a esperar y acuérdate que ya vamos
comenzando la bajada”. En este año y
desde el anterior me he dedicado a dejar de ser adulta y volver a jugar a que
se puede cambiar al mundo y al final si en realidad nada cambia no pasará nada y el sol saldrá como todas las mañanas, pero
por lo menos, en mi interior podré tener para mí misma la fortuna de decir “lo intenté” y si la suerte es mucha,
puede que hasta diga “lo hicimos, amor”.
Con orgullo puedo decir que ya casi cumplí con mis obligaciones y ahora
con todas las fuerzas voy tras mis sueños.
Gracias Amor por estar presente en mis pequeños triunfos y sonreír
conmigo al platicarte mis proyectos.
Ahora y para no variar, mis planes incluyen volver a la
escuela porque algún día me encantaría ser miembro de alguna brigada de rescate
. Claro que continúo con mis intentos de
montañista y aprendiz de escaladora, trabajando mucho porque los hobbies suelen
ser bastante caros, cuidando mis bosques y regalando mi tiempo y escasas
habilidades a causas que quizá para
muchos otros puedan resultarles simples pérdidas de tiempo. Dentro de quince meses espero estar poniendo
el clavo para colgar en la pared un papel simple que diga “sí, si pudiste” . Claro que disfrutaré más ver la foto de mi
graduación celebrando contigo el ponerle otra palomita en mi lista y si acaso
tengo demasiada suerte sería genial salir los dos portando el uniforme….
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