martes, 18 de diciembre de 2012

De puntillas sobre el hilo que divide...

De puntillas sobre el hilo que divide...
para ti, mi amor.  Te quiero niño horroroso!


El amor es una fuerza caprichosa que nunca nace igual dos veces.

De repente brinca en el chispazo de una mirada extraña ó igual se gesta sin prisas, escondida pudorosa entre la invisible rutina de la vida inerte de todos los días…



El amor brota palpitante, empapado de admiración. Quizá mezclado con un poquito de respeto y un par de cucharadas de miedo.  Sí, como ese miedo que me das y que aparentas no darte cuenta…



El amor viaja  despacio.  Camina descalzo, desafiante y sin premuras sobre el hilo que divide el bien del mal y puede ser tan fuerte que se vuelva eterno ó al igual que la niebla tempranera, en silencio desaparecer sin dejar una sola huella.



El amor se convierte en lo que quiere y no en lo que le ordenas.

Es oscuro. Es implacable, indómito y aterrador… hasta que llega a ti y te envuelve y te atrapa y te acaricia, incendiando tu alma como nunca antes nada lo había hecho.



El amor no tenía nombre ni figura y de la nada apareciste tú….



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