Pensarte es
como las alas de los colibríes.
Me
gustan.
Son entre
verdes y azules y brillan con el sol
mientras te
miran por un segundo, así,
con sus
ojitos negros , redondos y la cabecita ladeada
antes de
desaparecer en un parpadeo.
Me gustan
los colibríes porque son diminutos,
a veces pienso que son como las hadas místicas
del mundo de
los emplumados,
ó quizá son
como los duendes ó puede que sean los malos…
no me
importa demasiado
porque al
final de cuentas son hermosos
y
simplemente me gustan
como me
gustas tú, así sin preguntar.
Con tu piel
de luna que igual se rompe en brillos
azules y
enverdecidos,
llenaste mis
manos y mis labios
de agua con
miel y dulces besos azucarados.
Ahora sé por
qué siempre que te pienso y te siento
escucho ese
pequeño revolotear agitado:
No es que mi
corazón vibre en un palpitar alocado,
es que me
recuerdas a los colibríes
con los que
siempre he jugado…
Tù y yo, par de colibrìes.... |
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