lunes, 21 de mayo de 2012

Gatitos pardos

Al fluir ligero de la tarde y de las risas,
poco a poco comenzamos a coincidir
que al pasar los días  y al caer la luna,
todo león salvaje va perdiendo lustre
y al final le brota lo que lleva dentro
ò algo peor si pudiera existir.
                           
Porque concordamos en que estamos aburridas
de que en todo evento se dediquen a ver,
a què incauta niña le ponen el ojo
y si no se cuida y si se las compra
ya valieron madre porque como un kleenex
después de su uso  estorbaran en todos lados,
y no hallaran la forma de botarla pronto
para  poder poner una raya màs  en su pared.

Tomamos un respiro y en medio de la pausa
Comenzamos a cavilar
sobre si realmente vale siquiera la pena
lo que te vas a ensuciar,
porque màs de alguno se presume fiera
y se acerca a ti con aplomo de cazador,
màs al tenerte cerca la melena se le alacia, las uñas se le esconden
 y en vez de gruñidos se pone a maullar…

Todos estos gatos pardos de azotea,
Tienen en su historia un haber común:
Se cuelgan por las ramas y caminan por los techos,
Andan de puntillas para no hacer ruido
y saldrán corriendo en cuanto prendas la luz…


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